jueves, 6 de noviembre de 2008

Meditación del Agua y la Diosa



Cerramos los ojos….comenzamos a respirar suavemente… relaja cada parte de tu cuerpo… toma consciencia de cómo estás en este mismo momento. Toma conciencia de tu columna vertebral, siente cada una de tus vértebras… una vez que sentiste entonces relaja cada parte de tu columna, si es necesario haz movimientos para modificar tu postura… siéntete cómoda, lo importante es no estar tensa, sino relajarte… haz lo mismo con cada miembro de tu cuerpo… siente como pesan tus párpados y cómo caen tus brazos… siente cómo te conectas a la Tierra

Ahora que estás en tu propio santuario interior visualízate a las orillas de una laguna, una hermosa laguna…, poco a poco comienzas a entrar en ella y sientes la frescura, la liviandad y el placer del agua…

Ya estás dentro, sumergida en el agua… Visualízate en ella, siéntete en ella….El Agua esconde otro concepto de lo femenino: fluye, se amolda a cualquier recipiente y sobre todas las cosas, puede horadar la piedra. Esa agua que todo lo inunda y que no opone resistencia, sólo se amolda, pero mantiene su identidad de agua, aunque sea en una sola gota. Ella pertenece al océano, aquel que guarda la fuerza y la majestuosidad, abarcando lo inconmensurable. Es el agua la que alimenta el suelo y se evapora en sutiles nubes de blanca pureza que luego bañan la tierra, fertilizándola a través de la lluvia.

Estamos dentro de la laguna y sentimos la energía de disolución, nuestra propia capacidad de deshacernos en el agua…. Nos visualizamos casi deshechas y nos dejamos llevar por la corriente mansa y diáfana…. Nos dejamos ir, cada vez más… suavemente más y más…. Sentimos la paz de la entrega, el juego y el fluir líquido en todo el cuerpo…. Sentimos serenidad, tranquilidad… nos sentimos sensuales… muy sensuales… curvas, ondulantes…

Le solicitamos a la Diosa de las Aguas que nos encuentre…. Y la sentimos aparecer… en ella todo es azulado y turquesa, engalanada de sus collares de perlas y sus talismanes plateados… nos dejamos abrazar por ella y sentimos su energía pacificadora, bondadosa y amorosa…

En ese momento deja que tu propia agua en los sentimientos se inunde y llegue a cada parte de tu SER; deja aflorar los sentimientos, deja correr el agua por tus mejillas y limpiar las angustias y pesares para poder nutrir tu propia vida. Remóntate al agua uterina, cuando flotabas cálida y protegida en un lugar de ecos de corazón, sonidos atenuados y calidez materna.

Rompe como las olas del mar con la fuerza y la potencia que sólo tus acciones pueden tener para luego llegar a la orilla, cálida, transparente y espumosa, para bañar las playas de la mente con la calma de tu ser interior. Busca el concepto del agua en tu propia existencia y encontraras la suavidad y la fuerza….

Sintiendo el abrazo profundo y purificador de la Diosa de las Aguas, le agradecemos su presencia y todo el Amor que nos acaba de compartir… y nos comenzamos a despedir….

Poco a poco vamos saliendo de la laguna, sintiéndonos frescas, limpias, renovadas… Agradecidas…

Lenta y suavemente vuelve a conectarte con todo lo que te rodea. Escucha sonidos, aunque estés en silencio… poco a poco comienza a sentir tu cuerpo, tus pies, tus piernas… tus brazos… vuelve a tu respiración conciente y conéctate con tu conciencia. Tomate tu tiempo para abrir los ojos y mirar a todo tu alrededor, tu tiempo para sentir cómo estás.


(adaptación)

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